Familiares de víctimas en La Vega claman por justicia
La familia de Marisela Rodríguez Marte y su hija Meylin Arianny Marte Rodríguez, víctimas de un trágico crimen perpetrado por el oficial Juan Luis Jiménez Adames, enfrenta un escenario desgarrador marcado por el temor y la incertidumbre. La imparable huida del agresor mantiene en vilo a sus seres queridos, quienes claman por justicia y seguridad en un entorno que se torna cada vez más sombrío.
Yefry Marte Rodríguez, hermano y hijo de las fallecidas, relata con angustia los momentos previos al fatídico desenlace. Su hermana, acosada constante e implacablemente por Jiménez Adames, vivía bajo la constante amenaza de un desenlace fatal. La presencia de un hombre armado en su entorno cercano la obligó a refugiarse en el hogar materno en Villa Altagracia, en un intento desesperado por resguardar su vida y la de su hija.
Otro familiar, John Marte Rodríguez, rememora la comunicación recibida antes de la tragedia, cuando el agresor realizó una inquietante llamada advirtiendo sobre su inminente llegada a la residencia ubicada en la calle Los Cajuiles, sector Los Robles. El presentimiento sombrío se materializó en un desenlace funesto, que dejó no solo un rastro de dolor y pérdida, sino también a un hombre, Franklin Ruiz Inoa, gravemente herido.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en La Vega se une al duelo de la comunidad, lamentando profundamente la partida prematura de Marisela y Meylin, miembros activos de la organización que se vieron arrebatadas por la violencia sin sentido. En un gesto de despedida cargado de aflicción y exigencia, se llevaron a cabo los funerales en medio de un clamor por justicia, un pedido vehemente para que el captor sea capturado y se haga justicia en honor a las víctimas.
En medio de la tristeza y la indignación, la familia, junto a la comunidad, reclama un accionar diligente por parte de las autoridades, instando a una pronta y efectiva captura del agresor para devolver la tranquilidad y la seguridad a un entorno marcado por el miedo y la incertidumbre. La demanda de justicia resuena con fuerza, en un llamado a la colectividad a mantenerse unida en la búsqueda de respuestas y soluciones que cierren esta dolorosa herida abierta en La Vega.